Familiares y amigos de Brandon Giovanni Hernández Tapia, el adolescente de 12 años que perdió la vida en el colapso del puente cercano a la estación Olivos del metro en la Ciudad de México, se reunieron para despedirlo con aplausos, confeti y sus canciones favoritas.
“No es un adiós, espérame allá arriba”, le dijo su madre, Marisol Tapia, mientras acariciaba el cristal del féretro.Brandon cursaba primero de secundaria, a veces le ayudaba a su papá en un puesto de tacos, en un triciclo. Giovani vivía en una cuartito que sus padres rentan en una de las zonas más desprotegidas de la Ciudad de México.